¡Hola, me llamo Manu!
Tengo 11 años y un Tiranosaurio Rex que es una pasada. El Stegosaurus y el Velociraptor me gustan mucho y dormimos todos en mi casa, a veces me siento yo también un poco dinosaurio.
Me regalaron un Diplodocus que come mucha hierba y es muy tranquilo pero el Triceratops se enfada y no nos deja dormir…
Desde bien pequeño me costaba decir la palabra que quería, me quedaba en blanco, no la encontraba en mi cabeza y no salían sonidos de mi boca y todos pensaban que era «raro» que algo me pasaba y me llevaron al logopeda.
Como a veces no me «portaba bien», no me entendían y yo a ellos tampoco, visitamos un psicólogo para ayudarme a no estar peleándome todo el día con todos los que se acercaban a mi, para conciliarme con mi mundo. Esta fue una gran ayuda para mis padres y para mí también aunque pasaron años hasta que me di cuenta.
Con el tiempo apareció un psicopedagogo para ayudarme con mis tareas y deberes fuera del colegio, necesita un apoyo más. Y En el cole estaba mi profe de pedagogía terapéutica y mi profe de audición y lenguaje para que no me descolgara mucho de mis compis en las materias y conocimientos que teníamos que aprender.
Aún con todo eso, muchas veces me sentía dinosaurio en un mundo, el mío, que no me comprendía y en el que no encontraba mi sitio… Enfado, furia, ira,… todo disfrazado de tristeza, frustración, impotencia, fracaso,…
Muchas horas dedicadas a trabajar para mejorar, a buscar mi mejor versión, con mis limitaciones, con esa falta de acceso al léxico (como dice mi logopeda), la punta de la lengua muy larga que dice la Abuela y con mi debilidad pragmática que me aleja de un entorno social seguro por que no entiendo el contexto del mensaje o los dobles sentidos.
Aún así, son muchos días que me trago mis lágrimas y disimulo, porque veo feliz a mamá y a papá y me río sin saber porqué, entonces no disimulo, pero ellos se ríen y a mí me hace sentir bien y parece que a ellos también aunque esté acechando el T-Rex a la vuelta de la siguiente conversación o explicación en el cole.
El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) pasa desapercibido en muchas ocasiones y es invisible para la sociedad…
¿Nos ayudas a darle luz?

Cuento escrito por Cristina Vega, Logopeda.